College Freedom Forum llega por primera vez a América Latina
Cinco defensores de la libertad narraron a estudiantes guatemaltecos sus experiencias bajo tiranías, persecuciones y esclavitud
“El bien más preciado que todos tenemos, pero, que también es el más vulnerable, es la libertad” expresó Marcel Granier, periodista venezolano y defensor de la libertad de expresión.
Granier fue uno de los cinco expositores del College Freedom Forum (CFF) llevado a cabo el 4 de marzo por primera vez en América Latina. El evento fue organizado por la Human Rights Foundation (HRF) en asociación con la Universidad Francisco Marroquín (UFM) de Guatemala.
El CFF resalta ya que los conferencistas son personas que en carne propia han sufrido abusos a su libertad. Debido a ello, dedican su vida a la defensa de los derechos humanos y la libertad.
Junto a Granier, los conferencistas fueron los activistas Jean-Robert Cadet, promotor del movimiento anti-esclavitud infantil en Haiti; el abogado chino Chen Guangcheng; el activista en contra de corrupción en Guinea Ecuatorial Tutu Alicante y el artista grafitero y disidente cubano Danilo “el sexto” Maldonado.
“La libertad es una causa noble y permanente”, expresó Thor Halvorssen, presidente y director ejecutivo de la HRF presentó a los conferencistas como “leyendas ambulantes” y estas leyendas compartieron con el público su experiencia defendiendo la libertad.
Jean-Robert Cadet padeció esclavitud durante su infancia y adolescencia. Aunque, legalmente la esclavitud está abolida en Haiti, existen los “Restaveks” palabra que expresa “niños que se han quedado con una familia”.
Cadet narra —con la naturalidad de quién recuerda cuál era su caricatura infantil favorita— sus primeros recuerdos: dedicarse a las laborales de servicio domésticas, dormir bajo una mesa de cocina y despertar cada día con una patada.
El haitiano vivía como un esclavo, aunque él no lo sabía. Usualmente son niñas las que padecen esta esclavitud, que muchas veces incluye tortura. Una de ellas fue maltratada frente a Cadet, ese fue un momento pivot en su vida, supo que había algo malo en el sistema.
La familia con la que Cadet vivía se mudó a Nueva York. Acostumbrados a tener un esclavo, Cadet viajó con ellos. Ya que no tenía partida de nacimiento ni pasaporte su “familia” falsificó sus papeles para viajar. En Estados Unidos continúo sus labores domésticas. Por temor a las autoridades estadounidenses su “familia” lo envió a la escuela.
No pudiendo mantener la casa limpia e ir a la escuela, Cadet fue echado a la calle. Sus maestros se dieron cuenta de su situación y lo ayudaron a graduarse del colegio. Poco a poco, Cadet tuvo más oportunidades laborales y estudiantiles.
Siempre recordaba a la pequeña niña torturada frente a él, eso lo inspiró a escribir sus memorias infantiles. Animado por su esposa y con la ayuda de un profesor universitario, Cadet publicó su libro: “Restavek: de niño esclavo haitiano a hombre de clase media en Estados Unidos”.
Chen Guangcheng también ha padecido en carne propia la privación de libertad. Nació en China en una aldea pobre. A los seis meses de vida perdió la vista. Armado con pocas posibilidades y sin poder ir a la escuela, Guangcheng aprendió sobre la vida por medio de las historias que su papá le narraba.
Los personajes de esas historias fueron sus modelos para luchar en contra de injusticias. Con dificultad, Guangcheng se convirtió en abogado, sintió que así podía ayudar a otras personas con su misma condición a defenderse en contra de los abusos del gobierno comunista chino.
“Toda persona puede jugar un papel importante en la transformación de una sociedad para el bien, el factor determinante es la motivación de esta persona y si está dispuesto a poner de su esfuerzo para realizarlo. Enfrentarán dificultades, pero no hay ninguna barrera que no pueda ser conquistada”, expresó Guangcheng, al contar cómo padeció cárcel por cuatro años, gracias a la persecución del gobierno chino por sus acciones.
Al cumplir su sentencia, el Gobierno —ilegalmente— lo condenó a él y a su familia a arresto domiciliario. En 2012, Guangcheng y su familia pudieron escapar refugiándose en la embajada estadounidense de Beijing. Sus memorias se pueden leer en el libro: “El abogado descalzo: la lucha de un hombre ciego por la justicia y libertad en China”.
China tiene leyes, pero ya que es un gobierno autoritario carece de Estado de Derecho. El partido comunista usa la ley como una herramienta para controlar a la población. Esto es corrupción
Un Gobierno corrupto impide el desarrollo social, aplaca la dignidad humana y pisotea la libertad. La corrupción y la violencia dominan Guinea Ecuatorial, y cuando una familia domina un país como una mafia, es de valientes, como Tutu Alicante, denunciar cómo un país es dominado por 36 años por el mismo presidente.
“Guinea Ecuatorial es fácil de explicar”, narró Alicante. “Está dominada por una maldita trinidad”, continúo, al afirmar que su país es dominado por el matrimonio Obiang y su hijo. Corrupción absoluta es lo que prevalece Guinea Ecuatorial.
“La corrupción es una violación a los derechos humanos”, estableció Alicante, ya que cuando un gobernante despilfarra y roba dinero público, esto se transforma en menos recursos para mejorar la calidad de vida de una nación.
La corrupción no solo se manifiesta al robar fondos públicos, también toma la forma de censura. Esa es la historia que narró Marcel Granier, periodista y activista venezolano, que en 2007 a manos del dictador Hugo Chávez, se le fue arrebatado Radio Caracas Televisión (RCTV), la estación más antigua de Venezuela.
Chávez criticaba a RCTV, acusándolo de difamar las acciones gubernamentales y del Ejército venezolano. En ese año, Chávez prohibió la concesión de transmisión de RCTV, atentando contra la libre circulación de ideas y opiniones en ese país.
¿Qué es de un país en el que no se puede criticar a un gobierno? ¿Qué puede hacer una persona en esa situación? Fueron varías de las preguntas que Granier respondió durante su conferencia. Para él son los ciudadanos —las personas que se interesan y participan en los asuntos públicos— de una nación los encargados de velar porque un gobierno no restrinja la libertad.
“Sin participación no hay democracia. Si no hay democracia hay dictadura”, concluyó Granier. Otro defensor de la libertad que puede testificar sobre una dictadura es el artista Danilo “El Sexto” Maldonado, grafietero que critica al gobierno cubano por medio de arte urbano desafiando la censura de su país.
“La publicidad es una de las formas que más domina a la sociedad” expresó Maldonado, “en Cuba toda la publicidad es gubernamental, por lo que considero que un grafitero puede ser un publicista que también expresa por medio del arte su opinión”.
“El sexto” fue apresado por diez meses por pintar en dos cerdos, los nombres “Fidel” y “Raúl” como forma de critica a la dictadura cubana. “Yo creo ciegamente en el arte. El arte lo puede todo” concluyó Danilo, al incitar a los asistentes a usar todos los medios necesarios para denunciar los abusos a los derechos humanos.
Las historias narradas en el CFF le recordaron a los asistentes que la libertad los hace humanos. Gabriel Calzada, rector de la UFM cerró el evento expresando que los derechos humanos son algo real y concreto. “Los derechos humanos son los derechos que todos los seres humanos tienen a la vida, a la propiedad y a la libertad”, concluyó Calzada.